reflexionesinutiles

Thursday, August 23, 2007

Etnografía de la cita - o la vida como una (mala) comedia (comunicaciones III)

mi experiencia en citas es casi nula. por alguna razón, mis noviazgos han salidos de algún tipo de encuentro fortuito y/o conexiones (paseos a la playa, protestas, o amigas de novias de amigo - o todas combinadas) y todo tipo de encuento pasajero ha tenido más que ver con fiestas, baile y altísimas horas y no con ir a tomar algo, conocerse lentamente, etc.

años atras decidí que era hora de empezar a hacer lo que se supone jóvenes adultos hacen (o por lo menos en las mala películas y serie de TV): invitar a salir alguien. así tras un par de llamadas y research online pude contactar a una persona que por esos días me gustaba, y además vivía a menos de 100 mts. de mi casa. finalmente términamos hablando por telefono y le pregunté si le interesaba ir al cine o algo (momento en que me sentí tan expuesto como si le hubiese dicho "hola, hemos hablado dos veces, te quieres acostar conmigo"?). ella simpáticamente me dijo que no porque por eso días salía con otra persona (lo que por lo demás me hizo sentir aun más obvio). así, antes de debutar mi carrera con las citas había terminado.

mucho tiempo después, he vuelto a la exploración y de forma relativamente exitosa: pasé el telefono. sin embargo, descubri que había un error básico, la propuesta en sí ("salgamos?", "vamos a tomar algo?, etc.) no es lo descarnado que sonó la primera vez. o sea, me imagino que a veces lo es (especialmente en internetdating y esas cosas), pero al menos en el mundo real no es más que un tímido comienzo. en efecto, la cita parece ser un espacio ambiguo, pues en toda la situación además del cafe, vino o sea lo que se que se tome hay otra intención, pero que es esa cosa? nunca es claro (i.e. conocerse, pasarlo bien, flirting, sexo, etc.). de hecho, lo que se espera se hace explicito
todo cambia, y cualquiera sea el resultado la próxima vez (si es que hay) ya no será una cita. sin embargo este horizonte de posibles intenciones tampoco puede quedar totalmente ausente (sino uno términa olvidándo porque sale con esa persona, y a menos que todo cambie y empiece una suerte de amistad en serio, finalmente dejara de llamar).

quizás, el arte del asunto tenga efectivamente que ver con saber cruzar de uno a otro lado de las posibles intenciones de trasfondo (y en todas las direcciones). obviamente esto no es nuevo, y existen un montón de formas casi universales de decir sin decir "este es mi plan" (invitar a comer, flores o - como un amigo planeaba un tiempo atras - entradas a la opera). he de confesar que en general me niego a estos gestos (entre otras varias razones por restricciones presupuestarias), aunque me imagino que cuando se hacen finalmente tiene más que ver con un juego sanamene cínico que con una representación seria de alguna versión de macho conquistador.

que con todo esto? la verdad no mucho. citas siguen siendo un buen misterio y definitivamente no tengo nada claro hacia donde van, pero de verdad tan aburridas no son.